martes, 23 de enero de 2018

A NUESTROS AMIGOS. Comité invisible



Este libro fue editado en Bogotá por: Pajarera Libertaria y ROJINEGRO Distribuidora Libertaria en diciembre de 2017 después de trabajar 2 años en el texto de traducción y un mapa como complemento, les invitamos a adquirir, difundir y discutir este interesante texto. 



A los que sienten que el final de una civilización no es el fin del mundo;
A los que ven la insurrección, sobre todo como una brecha dentro del reino organizado de la necedad, la mentira y la confusión;
A los que adivinan, detrás de la espesa niebla de “la crisis”, un teatro de operaciones, maniobras y estrategias y por tanto la posibilidad de un contraataque;
A los que asestan golpes;
A los que acechan el momento propicio;
A los que buscan cómplices;
A los que desertan;
A los que aguantan con firmeza;
A los que se organizan;
A los que quieren construir una fuerza revolucionaria, es decir: revolucionaria porque es sensible;
Esta modesta contribución a la inteligencia de este tiempo.
Comité Invisible

Depílogo: algunas reflexiones de lxs editorxs

Al publicar este libro, nos surgen varias dudas y reflexiones. Nos parece importante tratar de aterrizar esta visión que viene desde la comodidad europea, donde el concepto de guerra corresponde a una realidad bien distinta, en la que las lógicas de represión siguen el mismo camino pero rara vez llega a muertes o desapariciones. Donde la forma que toman las luchas es bien diferente.
Sentimos que también hace falta incluir una perspectiva desde las mujeres y las personas que no se reconocen como hombres. Tratamos aquí de rescatar lo que más nos emocionó en el texto, lo que nos generó reflexiones fértiles, lo que nos dio la sensación de poder avanzar.
“Las insurrecciones, finalmente, han venido”. Vinieron en las plazas y en las calles de muchos rincones del mundo. Y en este territorio donde se da por establecida la victoria del capitalismo, las expresiones de rebeldía popular han ido creciendo. La movilización social tomó más fuerza en el 2008 con la Minga indígena; en el 2011 fuimos a las plazas a reivindicar el derecho a la educación con la MANE; en el 2013, el Paro Agrario desbordó la cuna de las organizaciones sociales reconocidas y miles de personas se reunieron día tras día en la Plaza de Bolívar y en muchos otros lugares para reivindicar al sector agrario. En 2017 el pueblo de Buenaventura se tomó la calle con barricadas, recordando al mundo que pueden parar parte de la economía por unos días. Así mismo nos tomamos las plazas y las carreteras muchas veces más, sintiendo la rabia colectiva y compartiendo la alegría que estos momentos producen, cuando enfrentamos juntas una situación común. Al volver de las plazas, muchas nos hemos preguntado ¿y ahora qué?, y nos hemos ido de a poquito aburridas de las asambleas. Seguimos con la sensación de no lograr exceder estos espacios que al fin y al cabo buscan negociar con el Estado. El Comité Invisible, nos propone devolverle a la insurrección su contenido de cólera y alegría, y romper con el mito de la legitimidad democrática para asumir el carácter emocional, múltiple y profundamente subjetivo de nuestra fuerza. Y dejar la angustia de lo imprevisto a quienes gestionan el capitalismo. Si queremos construir una fuerza capaz de derribar las lógicas sobre las que se estructura este mundo, esto requiere relaciones más profundas y sinceras, implica asumir los conflictos internos como parte de la riqueza y la vitalidad de nuestros procesos. Tenemos que pensarnos cómo mantener un análisis y accionar radical, sin construirlo de espaldas a las diversas formas de enfrentar las realidades. Aquí, la organización material de los movimientos es incomparable con la que deriva del desarraigo territorial europeo. Lo podemos medir cada vez que un paro bloquea el país y organiza la alimentación de miles de personas taponando las carreteras. Pero todavía falta mucho camino. Queremos acabar con las hidroeléctricas pero necesitamos de ellas para tener luz; queremos acabar con la explotación petrolera pero nuestro día a día depende del petróleo y sus derivados; queremos cerrar las carreteras, pero debemos a éstas el intercambio y flujo de alimentos. Está claro que no habrá una perspectiva revolucionaria seria, mientras esto signifique penuria. De manera que sólo si desarrollamos la autonomía alimentaria y territorial, el reconocimiento y la recuperación de los saberes para solventar las necesidades básicas, volveremos a tenernos confianza, romperemos la dependencia y dejaremos de tenerle miedo a un cambio profundo. La realidad de las luchas campesinas, indígenas y afro-descendientes por la autonomía y la libertad, hacen de la “comuna” un concepto real y concreto, al ser formas de pararse juntas ante el mundo para defender la vida y el territorio. Y es precisamente donde se encuentra el poder del diverso movimiento social colombiano. Sin embargo, para evitar aislarse y no ceder a los individualismos y particularismos, se hará necesario seguir profundizando los vínculos y la integración entre las comunas, organizaciones populares, pueblos organizados, regiones en rebeldía. Esto no es más que una pincelada de los temas por debatir, de lo que tendremos que trabajar, deconstruir, mejorar o inventar. Ojalá podamos encontrarnos para seguir confrontando los puntos de vista e ir dibujando una perspectiva común.
Hasta pronto. 

Reseña.

Virginia Bolten, hacia parte de un grupo de mujeres que finalizando el siglo antepasado, el siglo XIX, crearon y publicaron un periódico llamado La voz de la mujer. Es uno de los primeros periódicos anarco-feministas que salieron a la luz en Latinoamérica y es de lo que se trata este libro que hoy vamos a presentarles.

Primero queríamos explicarles por qué entre algunas nos montamos en esta idea y decidimos concretarla: para nosotras es muy importante reconocer la historia de las mujeres, escuchar esa versión del mundo que durante tanto rato ha sido silenciada y hacer ver a quienes con sus acciones cotidianas han soportado el mundo: pero sobretodo mostrar las experiencias de mujeres que no han estado conformes con vivir un rol de espera-sumisión y silencio y han decidido emprender diferentes acciones para cambiarlo.

También porque para nosotras es una forma de criticar y replantear la reflexión acerca de la mirada falocrática que al igual que en la historia, ha estado presente en el movimiento anarquista. Desde el anarquismo tampoco se ha hablado (lo necesario o suficiente) de lo que hacían ellas, y muchas veces nos seguimos encontrando con señalamientos y burlas frente a la lucha feminista dentro del movimiento.

Por otra parte quisimos reeditar este libro y este periódico desde Bogotá, Colombia, pues siendo uno de los primeros periódicos anarco-feministas de latinoamérica queríamos que vuelva a rotar por aquí y desde aquí. Hace no mucho personas cercanas en Barcelona lo editaron y ahora nosotras quisimos hacerlo, apostándole también a que fuera un proyecto autogestionado, pues no daba para menos teniendo en cuenta la experiencia de este grupo de mujeres que en los mismos artículos del periódico dejar ver el esfuerzo constante que hicieron para tratar los recursos necesarios para la edición de cada nuevo número. También porqué queríamos que el libro pudiera rotar de una manera barata y fuera punto de inspiración para todas las personas que lo quieran o les haga falta.

Lo más importante, queríamos rescatar la experiencia de este grupo de mujeres que a pesar de ser tachadas como sectarias, encontrarse en un contexto histórico marcadamente machista, no contar con la facilidad de recursos para concretar sus ideas y no partir de un marco de análisis conceptual sobre lo patriarcal y lo sexista, hacen de sus vivencias personales una crítica radical al rol de ama de casa, de esposa y de madres y lo vinculan con su situación de clase y la explotación laboral. Crean un periódico que va ser posibilidad de empoderamiento para muchas otras.

Y bueno, ahora sí, lo más importante es que al leerlo nosotras encontramos una fuente de pasión. Y la pasión es algo central en nuestras luchas feministas, en la de ustedes!

Queremos resaltar, que la voz de la mujer, representa una corriente del feminismo que rompe con las prácticas clásicas del feminismo latinoamericano de finales de 1800 de corte burgués y de clase media, que se preocupaba por sus condiciones y su estatus.

Ellas fusionan las ideas feministas con una orientación obrera (en un sentido amplio del concepto) y revolucionaria. Es decir es clasista y por tanto difiere con las demás prácticas feministas latinoamericanas de la época.

En el contexto latinoamericano, en el cual el feminismo es frecuentemente despreciado por los grupos radicalizados como un fenómeno "burgués" o "reformista", el ejemplo de La Voz constituye un cuestionamiento a este modo de caracterizar lo esencial del movimiento.

Contexto histórico

En el momento en que sale el libro, se relaciona y se nutre, del contexto socio-político-económico del Rio de la Plata.

Estamos hablando de la Buenos Aires, la gran ciudad en las puertas del rio de la plata, a finales de 1800, la cual está recibiendo las olas migratorias, parte de ellas y ellos, exiliados y exiliadas políticas, con una gran migración italiana y española, con un alto porcentaje de mujeres, mujeres que trabajaran asalariadamente.

También se vive una situación de alta conflictividad socio política, en la que el anarquismo tiene un peso súper importante como agitador.

De esta manera encontramos que el anarquismo utiliza como arma de agitación todo lo que se refiere al tema de las publicaciones, diarios, folletos, escritos, etc...

Así La voz de la mujer se enmarca en ese contexto, de la publicación como un arma de transformación, con un peso específico de la mujer inmigrante, trabajadora asalariada

y feminista, ya que desde 1880 hay toda una corriente de feminismo dentro del anarquismo,

que cruza el charco, y llega también al Rio de la Plata.

Finalizar comentando que tuvieron que padecer la oposición de sus compañeros, los escarabajos de la idea o falsos anarquistas, como ellas les llamaban, que tras ser publicado el primer número reaccionaron de la peor manera.

Ahora os vamos a leer algunas frases que dan cuenta de lo que ellas criticaban y promovian:

critica

Anticlerical

A la represion estatal

A la explotacion patronal

A todas las formas de autoridad, incluyendo la familia, el matrimonio

Sus propuestas giraban entorno

Del amor libre

Accion libre

El comunismo anarquico

El empoderamiento de las mujeres

El feminismo anarquista

Todo con ello con un:

Lenguaje y actitud: estilo agresivo y condenatorio del dominio masculino,

no transigir con nada ni con nadie, directas, agudas, apasionadas

Señalan lo que incomoda

Actitud feminista anarquica, de clase, ni burguesa ni intelectual, antiinterclasista

Doble esclavitud:

Del hombre y del capital

A vosotras, compañeras de trabajo e infortuniosd, me dirijo a vosotras que sufris como yo la doble esclavitud del capital y del hombre.

Algunas de nosotras hemos abrazado el bello ideaL ANARQUISTA POQUE COMPRENDEMOS QUE CON SOLO LA AMPLIA LIBERTAD que esta proclama, podemos ser felices.

Los hombres todos, proletarios lo mismo que burgueses y todas las clases dominantes, siempre han tenido a la mujer en la mayor ignorancia para poder asi con mas facilidad dominarla, haprocurado mantenerla siempre en la esclavitud y para impedirle que saliera de esta triste condicion la ha rodeado de preocupaciones necias, ha menospreciado su trabajo, su influencia en la sociedad y la ha anulado, en la familia la ha postergado al segundo lugar, ha creado el honor para que a la que no quiera ser esclava la sociedad la desprecie.

Anticlericalismo. Padres de familia , no veis que sus instintos son mas negros que el traje que visten? No veis la mascara de la hipocresia que llevan? No os fieis nunca de esos bandidos ladrones y asesinos protegidos por sus hermanos la autoridad y le gobierno.

Amor libre. Es decir que la union termine cuando termine el amor, y que si yo porque la gana me da, no quiero estar sujeta a ningún hombre, no se me desprecie. Es por ello que yo no pienso enlazarme con nadie, ni tampoco (si llega el caso) ahogar mis entrañas para conservar la negra honrilla al fruto de mi amor o moemntanea union(…)

Empoderamiento. Odiamos a la autoridad porque aspiramos a ser personas humanas y no máquinas automáticas o dirigidas por la voluntad de otro se llame autoridad, religión, o con cualquier otro nombre. Queremos hacer comprender a nuestras compañeras que no somos tan débiles e inútiles cual creen o nos quieren hacer creer los que comercian con nuestros trabajos y nuestros cuerpos. Queremos libertarnos, rompiendo, deshaciendo, y destrozando no solo nuestras cadenas, sino también al verdugo que nos las ciñó.